El pensamiento social y la operativa de un ministro republicano de Trabajo, Sanidad y Previsión: Enrique Ramos Ramos, la mano derecha de Manuel Azaña Díaz

Enrique Rodolfo Ramos Ramos nació en Algarrobo, como se puede apreciar en el acta de nacimiento, el 9 de octubre de 1890, de padres campesinos. Se labró su futuro profesional como jurista empezando en Málaga donde cursó bachillerato, yéndose a Madrid a cursar la carrera de Derecho en la Universidad...

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Main Authors: López Sánchez, Clara, Martín Marín, Francisco Jesús
Format: Article
Language:Spanish
Published: 2015
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Online Access:https://dialnet.unirioja.es/servlet/oaiart?codigo=5744583
Source:Revista Crítica de la Historia de las Relaciones Laborales y de la Política Social, ISSN 2173-0822, Nº. 10 (Diciembre 2015), 2015, pags. 107-167
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Summary: Enrique Rodolfo Ramos Ramos nació en Algarrobo, como se puede apreciar en el acta de nacimiento, el 9 de octubre de 1890, de padres campesinos. Se labró su futuro profesional como jurista empezando en Málaga donde cursó bachillerato, yéndose a Madrid a cursar la carrera de Derecho en la Universidad Central y doctorándose con 22 años de edad. Fue becado por la Junta de Ampliación de Estudios en la universidad alemana de Heidelberg, aunque cuando llegó a la culta ciudad tedesca ya había fallecido George Jellinek, que era para algunos intelectuales españoles punto de referencia. Al regresar a España, Enrique Ramos abrió un bufete en Madrid, concretamente en Calle Almagro 32, compaginando dicha actividad profesional con la docencia como profesor auxiliar de la cátedra de Derecho Romano de José Castillejo en la Universidad Central. Ramos impartió un cursillo complementario de derecho de obligaciones en el que Álvaro d�Ors fue alumno suyo, pero al parecer de A. d�Ors resultaban anticuadas las enseñanzas que mostraba, con un signo claramente pandectístico y no con la mentalidad crítica de Theodor Mommsen. Pero, como bien sabemos, esto no es del todo cierto puesto que Enrique Ramos Ramos es autor de trabajos de Derecho Romano como Las formas del préstamo romano, y de Historia del Derecho y Derecho Civil como la Prescripción extintiva y usucapión en colaboración con Leopoldo García-Alas García-Argüelles y Demófilo de Buen Lozano. En diciembre de 1917 intentó conseguir alguna de las dos cátedras de Derecho Civil Español común y foral vacantes en la Universidad de Murcia, pero no tuvo éxito. Ramos, desde su juventud, se identificaba con los ideales republicanos: En 1919 fue candidato no electo por el distrito de Torrox; en 1923 diputado por Vélez-Málaga. Tras proclamarse la Segunda República, siendo miembro de Acción Republicana y amigo personal de Azaña fue incluido en la candidatura de la conjunción republicano-socialista por Málaga siendo elegido diputado el 28 de junio de 1931 dándose de baja el 9 de octubre de 1933. Fue nombrado Abogado Fiscal del Tribunal de Cuentas, también Teniente fiscal del mismo, siendo en esta fecha Abogado fiscal y Profesor de Derecho de la Universidad Central. Una vez ocupada la Jefatura del Gobierno por Manuel Azaña, Ramos fue designado Subsecretario de Presidencia, al depositar Azaña en él una gran confianza. Además de considerarlo su amigo, era su mano derecha como así se muestra en sus memorias, que, teniendo una visión general de las mismas, Enrique Ramos se nos antoja que es el recadero del presidente, expresado de forma coloquial. Desde febrero de 1936 paso a convertirse en representante casi fijo de Izquierda Republicana en los gobiernos del Frente Popular, siendo nombrado 5 veces ministro: ostentaría el cargo de Ministro de Trabajo, Sanidad y Previsión durante el Gobierno de Manuel Azaña el 19 de febrero de 1936 llegando a término el 13 de mayo de 1936; desde este mismo día fue nombrado para el cargo de Ministro de Hacienda a propuesta de Santiago Casares Quiroga (1884-1950) finalizando el 19 de julio del mismo año, pasando a ejercer la cartera de Hacienda con Diego Martínez Barrio, con fecha del 19 de julio, y finalmente con José Giral Pereira, desde ese mismo día hasta el 4 de septiembre de 1936. Como ministro, en el primer día de marzo de dicho año, lanzó un decreto de readmisión de trabajadores despedidos por las huelgas revolucionarias que tuvieron lugar durante el bienio de centro derecha, intentando poner término al estado de violencia derivado del despido de obreros por causa de la ideología que profesaban, que les condujo a las huelgas políticas de los años 1934 y 1935. Tras la aprobación del decreto recibió duras críticas por lo que tuvo que comparecer ante las Cortes, donde defendió este decreto criticando las medidas tomadas por el ejecutivo anterior, que provocaron el despido de numerosos obreros. Las mayores críticas que recibió Ramos por las decisiones que tomaba como ministro procedían de Miquel Vidal y Guardiola diputado en 1933 y 1936 y por parte de Antonio Bermúdez Cañete, al que Enrique Ramos dirigió contundentes palabras, incluso de tipo personal. Los principales reproches a este decreto se deben a que las resoluciones emitidas por estas comisiones no podían ser recurridas, lo que les otorgaba una «libertad de acción extraordinaria». También denunciaban que se estaban readmitiendo no solo a simples trabajadores, sino también a delincuentes e incluso en algunos casos asesinos. El decreto de readmisión de obreros estaba incluido en el programa electoral para intentar atraer el voto de los anarquistas. Hay que tener en cuenta que el Frente popular estaba formado por un conglomerado de partidos con distinta ideología política, por lo que la situación del gobierno era bastante precaria ya que era difícil tener unido a un grupo tan heterogéneo de partidos, así que el Gobierno se lanzó de inmediato a realizar todas los reformas que llevaban incluidas en su programa electoral. El objetivo principal de estos partidos era reanudar las reformas iniciadas en el primer bienio y que se habían visto paradas o eliminadas durante el bienio de gobierno del centro derecha. Durante el mandato de Enrique Ramos como Ministro de trabajo se recuperan los tribunales mixtos. En el mandato del gobierno anterior, la legislación promovida por Francisco Largo-Caballero fue desmontada bajo la presión de las organizaciones patronales, aunque durante la etapa de los ministros radicales el Ministro de Trabajo se esforzó por mantener un cierto equilibrio entre la patronal y el sector laboral obrero. Pero al ocupar la cartera Anguera de Sojo, éste suspendió provisionalmente y renunció a seguir actuando como mediador de las cuestiones laborales, además declaró fuera de la ley las huelgas abusivas, las que no tuvieran un carácter laboral o no contaran con autorización del gobierno. Enrique Ramos anunció medidas de lucha contra el paro, mediante inversión pública. Las propuestas de obras públicas deberían hacerse por los distintos Ministerios. Estos proyectos se estudiarían y debatirían en el parlamento en las comisiones que se establecieran al respecto, y de esta forma el parlamento fiscalizaría estos proyectos y los sometería a su control. Denunció que se habían producido abusos con los fondos destinados al empleo durante la etapa del gobierno anterior, se habían repartido sin control y de forma discrecional provocando fraudes y el uso de estos fondos de forma partidista, así que propuso medidas para someter a control los nuevos fondos. Durante su carrera política es digno de señalar que, en su pensamiento, está presente su familia y sus orígenes, el pequeño pueblo malagueño de Algarrobo, del cual podemos observar en las diferentes cartas que envía la preocupación en torno al fomento y desarrollo local del mismo, así como la mano de ayuda que le brinda siempre para que evolucione y avance prósperamente, hasta llegar a recomendaciones inapropiadas que hacen alarde de la desmesura y el derroche innecesario de las arcas públicas que realizaba. Durante la Guerra Civil, aparte de asistir a las reuniones celebradas por las Cortes (en las que su presencia era constatada en las que tuvieron lugar en Valencia y en las de Sant Cugat del Vallés y Sabadell, a comienzos de octubre de 1938), Enrique Ramos Ramos desempeñó cargos de escasa relevancia desde septiembre de 1936 como miembro y presidente del Patronato de Turismo, reintegrándose como abogado fiscal del Tribunal de Cuentas el 31 de julio de 1938. Antes de que se produjera la conquista franquista sobre Valencia, se exilió, sin tener miramientos con su familia, ya que se encontraba en Valencia con Rodolfo y Gabriel Ramos con los que tenía mucho trato debido a asuntos políticos. Los tres acordaron reunirse en Valencia para partir en uno de los barcos que desde allí salían para trasladarse hacia Francia. Esta idea originaria fracasó debido a que Gabriel propuso esperar a sus hermanos, entre ellos, Rodolfo, pero Enrique insistió en la conveniencia de zarpar por el riesgo que allí corrían. Por lo que Enrique zarpó y logró alcanzar la costa gala. Durante la guerra, Heliodoro Ramos fue detenido por los nacionales concretamente el 8 de febrero de 1937. Enrique Ramos hizo numerosas gestiones para su canje pero no obtuvo resultado favorable por lo que Heliodoro acabó fusilado. Enrique Ramos tuvo diversas inculpaciones, entre otras, se le multó con el pago de 500.000 pesetas perdiendo sus bienes y propiedades en España, así como otra, que se produjo con su marcha al exilio vertiéndose la información por una emisora andaluza que se había llevado unos 200 millones de pesetas equivalentes aproximadamente a 120.000 millones de pesetas de nuestros días si existiera la peseta. La familia ante esta acusación responde que era un hombre honrado y que es una total falsedad puesto que Enrique Ramos Ramos no tenía dinero cuando llegó a Nueva York y se ganó la vida los tres primeros años dando clases de idiomas a los soldados del ejército norteamericano. Pero esto, por otrto lado, no tiene mucho sentido, puesto que, una persona que se marcha de España sin dinero, resurge a los tres años, pero teniendo en cuenta que no está solo sino que con él se encuentra su primera esposa, y su suegra, además le paga la carrera al sobrino (el hijo de su hermano Heliodoro) de Medicina por sentirse culpable por la muerte de su hermano. Otra acusación a señalar es la de su inculpación como miembro de la masonería, pero es completamente injusta y arbitraria la sentencia puesto que se fundamentaba en la compañía que Ramos hacía al comisariado político del Partido Comunista de España, por lo que se propuso el sobreseimiento provisional por parte del Ministerio Fiscal, pero fue condenado, posteriormente, a 20 años y un día de reclusión mayor sin saberse a qué logia pertenecía, ni qué grado masónico ostentaba, ni que nombre simbólico tenía. Si algo tenemos claro es que Enrique Ramos Ramos es un hombre muy inteligente, tal es que supo manejar y coaccionar a Manuel Azaña. En el exilio, encontrándose en Francia, traslada a su esposa y con el matrimonio viajaba una tía de ésta. Primero partieron a Toulouse y después rumbo a París, permaneciendo allí un año y ostentando un cargo diplomático. La esposa se llamaba Purificación Gómez, y era una actriz de cine mudo española que, según las fuentes de información familiares, se casaron antes de emprender Enrique Ramos su andadura por el Gobierno. La describen como una mujer caprichosa, una característica propia de una profesional de la farándula, además, como podemos apreciar en la fotografía del enlace entre Ramos y ella, era una mujer muy atractiva y hermosa, tal es así que tal belleza fue apreciada por el presidente Niceto Alcalá-Zamora, por Indalecio Prieto y por Manuel Azaña en una recepción en la embajada de Inglaterra. D. Niceto la piropeó aprovechando la ausencia de Ramos en ese momento. Los familiares cuentan que era una mujer influenciada por la madre, una solterona a la que le gustaba la buena vida. Una vez que se encontraban en Nueva York, ésta (la madre de Purificación) y la propia actriz tenían muchas ganas de volver a España, por lo que Ramos les planificó a aquella y a su esposa un viaje por toda la península pero cuando estaban en Madrid se encontraban tan cómodas que no quisieron volver, según relato de la propia familia. Purificación se hospedaba en un hotel llevando una vida lujuriosa y allí falleció. De ésta se divorció y años más tarde, encontrándose él en Nueva York conoció a una judía alemana de familia acomodada, Henriette Lorton, adquiriendo tras el enlace el apellido del marido, Henriette Ramos, como así versa en las últimas cartas que escribe a Carlos Esplá por orden de su marido. Ésta había emigrado a Nueva York tras el abatimiento de la Primera Guerra Mundial. Convivieron Ramos y ella en Gramercy Park 39. Como se puede ver en la partida de defunción, esta zona es una de las más lujosas de la isla de Manhattan. Seis meses antes de la muerte de Enrique Ramos Ramos el 4 de diciembre de 1957, siendo éste consciente de la grave enfermedad que le atacaba y del poco tiempo de vida que le quedaba, decidió constituir su matrimonio con la que era su compañera de vida por aquel entonces. Henriette murió a los 90 años de edad en Nueva York, teniendo gran trato con los familiares de Ramos e incluso viajó a Málaga a visitarlos, teniendo estrecha relación con el hijo de su hermano, Heliodoro Ramos. De ninguno de los dos matrimonios tuvo descendencia Enrique Ramos Ramos. En 1958 empezaron a tratarle en una clínica de Alemania, el cáncer que padecía, pero encontrándose mejor, viajó a Portugal a ver a su familia que allí lo esperarían. Enrique Rodolfo Ramos Ramos murió el 26 de junio de 1958 a las 12 horas en Múnich en la calle Ismaninger Strasse 22, según notificación que nos ha sido proporcionada por escrito por parte del Hospital Estatal de Múnich. Fue distinguido como Axárquico de Honor Histórico en 1998.